lunes, 30 de enero de 2012

Criterios de textualidad

En el aula, cuando se pide “analizar un texto” desde el punto de vista lingüístico, se suele esperar que los alumnos den cuenta de la coherencia  y  cohesión del mismo. Encontrar los referentes de ciertos pronombres o señalar qué valor semántico poseen los conectores allí son consignas muy frecuentes ligadas al tema.
Sin embargo, vale la siguiente aclaración: tanto la coherencia y la cohesión (conceptos que esbozaremos más adelante) no es algo intrínseco al texto, que se puede encontrar –si se me permite una comparación culinaria- como la harina y la levadura en una pizza. Más bien, un texto no tiene sentido por sí mismo sino gracias a la interacción que se establece entre el conocimiento presentado en ese texto y el conocimiento de mundo que tienen los interlocutores o los usuarios del mismo.
Esto es así, porque el texto no es sólo un producto reducido a las nociones de coherencia y cohesión, sino que está definido por distintos principios que conforman lo que se denomina “textualidad”, es decir, aquello que hace que un texto sea considerado como tal y que trataré de sintetizar en este sencillo esquema:

 
Como podemos apreciar, la cohesión y la coherencia es una pequeña “porción”  que hace a la textualidad de un texto.
Estos últimos conceptos tienen que ver precisamente con el texto como producto. La diferencia entre uno y otro es que la cohesión es una manifestación textual, en otras palabras, está relacionada con los componentes de la superficie lingüística a través de, por ejemplo, paráfrasis, sustituciones, elipsis, conectores, etc.

La coherencia, en cambio, al tener un carácter más que nada semántico, permite analizar cuál es la relación entre los distintos conceptos del texto, por ejemplo, si es de causalidad, posibilidad, temporalidad, etc.

Como podemos ver, si bien didácticamente se presentan divorciados ambos conceptos, debemos tener en cuenta que están necesariamente relacionados.

De todos modos, ya en otra oportunidad (1) vimos lo problemático que resulta separar el texto de su contexto de producción. Bien dijimos antes que el texto no existe sólo por la forma en que se articulan sus oraciones en la superficie, sino que lo es también por la interacción que mantiene con el interlocutor que, precisamente, es el que le asigna la coherencia.

Por esta razón, dentro de los principios constitutivos se encuentran los que atañen al usuario y que describiré de manera muy concisa:

Intencionalidad: actitud de quien produce el texto, como así también la meta del mismo.

Aceptabilidad: actitud que asumirá el receptor frente al mismo

Informatividad: introducción de la información nueva. En los textos estéticos, por ejemplo, la información dada es presentada de otra forma para generar más esfuerzo en el lector.

Situacionalidad: Norma que se refiere a los factores que hacen que un texto sea pertinente y relevante en la situación discursiva en que aparece. Por ejemplo, en las señales de tránsito uno puede encontrar  “Despacio. Escuela”. A simple vista, puede entenderse como un texto que no está cohesionado o que carece de informatividad. Sin embargo, es la situación la que hace que podamos comprenderla sin caer en una interpretación disparatada.

Intertextualidad: Factores que hacen depender la utilización del texto del conocimiento que se tenga de los anteriores, como sucede en la parodia por ejemplo.
Por otra parte, ¿en qué medida la textualidad depende de “principios regulativos”?

En que para que un texto sea aceptable y conste de las características anteriormente esbozadas, es necesario que haya un compromiso y esfuerzo de los participantes en la comunicación (que garantizará la eficacia), buscar las condiciones para llegar a la meta (efectividad) y que el uso del texto se dé en la situación apropiada (adecuación).

En suma, todas estas categorizaciones que en principio pueden resultar “demasiado teóricas”, son interesantes para trabajar con la comprensión y la producción de textos en el aula, pero no sólo desde el mero reconocimiento de conectores o referentes, sino como una forma para reflexionar por qué un texto “falla”, o qué matices estilísticos, humorísticos o publicitarios persigue un texto cuando se transgrede algún principio de textualidad.


1) ver post "texto y discurso"

4 comentarios:

Anónimo dijo...

hola,quería decir que en realidad son siete :cohesion, coherencia,intencionalidad, situacionalidad, intertextualidad

Anónimo dijo...

que ? eres profesor

Anónimo dijo...

MECHAAAAAAAAAA

Anónimo dijo...

Busco información sobre sistemas parasitarios de la lingüística
gracias