lunes, 31 de octubre de 2011

Para disfrutar...

Una vez un alumno me dijo ¿cómo esto es literatura con tantas malas palabras? (Recuerdo que estábamos leyendo un fragmento de "Los Pichiciegos"de Rodolfo Fogwill). Lo que no sospechan mis queridos alumnos es que detrás de sus ingenuas preguntas, se debate todo un enjambre de teoría literaria apasionante. Cuántas veces hemos asociado la Literatura con la representación de lo bello, tal vez muy influidos por la impronta del Romanticismo. Sin embargo, bien sabemos que si algo tiene de maravilloso la literatura del siglo XX (aunque no decimos que antes no haya habido algo así aunque en menor grado) es la libertad para romper toda aquella representación de la literatura como sinónimo de belleza, y animarse a "literaturizar" lo vulgar, lo grotesco o por qué no lo obsceno.
Esto me parece un hallazgo por demás meritorio del juego del arte a favor de la originalidad. Y pensando en ello, me vino a la mente este cuento extraordinario de un escritor de San Pedro, Abelardo Castillo, que es uno de mis favoritos. El cuento se llama El marica. Imperdible.

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