domingo, 8 de julio de 2012

¿Por qué la literatura en la escuela?


“¿Y para qué me sirve leer estos cuentos?” Si me habré topado con este antipático interrogante de parte de algún que otro alumno ofuscado con la lectura.

Y lo que me parece necesario, y no por eso menos meritorio de un docente, es ofrecerles a los alumnos el porqué de esas decisiones que tomamos a la hora de enseñar y que no sólo son obligaciones de un programa que cumplir.
Ahora bien, ¿por qué entonces nos abocamos a textos literarios en las clases de lengua?
Podría dar una definición bien romántica como. por ejemplo, porque  como diría el cubano Manuel Gayol Fernández-, “ la literatura es el arte de la palabra”. Y a eso podríamos agregar lo que siempre nos han dicho a nosotros cuando estudiábamos: que nos abre camino a la imaginación, que nos vuelve seres más creativos, etc. etc.

Sin embargo, podría agregar que los textos literarios son distintos, son especiales si se quiere, y eso los hace gustosos. Pero, sobre todo, permiten desplegar una serie de operaciones cognitivas que –dadas las características de estos textos- son más complejas. Por ejemplo, mientras un texto periodístico se lee más rápido y haciendo más foco en el qué pasó y menos en el detalle, los textos literarios, en cambio, exigen la retención del detalle en la memoria a corto plazo y volver a la lectura para ir sondeando la función poética.

Con esto quiero decir que leer literatura trasciende lo meramente imaginativo. Permite que el lector desarrolle al máximo su capacidad cognitiva ya que supone:

-atender a niveles más bajos (ya sea fonológicos y léxicos que- en la vida cotidiana- están automatizados
-hacer consciente lo inconsciente (entrenando aun más su capacidad cognitiva)
De esta manera los textos literarios en la escuela no son un mero pasatiempo que tiene como corolario una evaluación, sino que –como lo serán algunas propuestas en otras áreas- ayudan a entrenar y desarrollar habilidades cognitivas (memorizar, pensar, razonar, inferir, etc.)




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