jueves, 13 de febrero de 2014

¿Cómo se adquieren las lenguas?



 
Quisiera hacer  un breve comentario acerca del corpus  presentado por Louise Dabène,  profesora de la Universidad Stendhal de Grenoble. Dicho corpus  da cuenta de las representaciones que tienen chicos de 10/11 años cuando se les pregunta por el aprendizaje de su lengua materna (el francés) y de su segunda lengua (el alemán, por ejemplo).

Como podemos observar, el hecho de que las representaciones de los alumnos con respecto a las distintas lenguas sean diferentes encuentra su justificación en que la adquisición de las mismas se da de distinta manera. Como sabemos, la lengua materna se adquiere sin intervención pedagógica, a partir del primer contacto social (esto es, de una manera más espontánea) y la lengua segunda, sin embargo,  se adquiere, generalmente, en el ámbito escolar, es decir, de una forma más sistemática.

Debido a que esos modos de adquisición son distintos, las representaciones que el alumno se forma de cada una también son diferentes. Con respecto a la lengua materna, podemos suponer que el hablante, al tener previamente dominio de la lengua como instrumento de comunicación, la enseñanza/aprendizaje de la misma, en el ámbito escolar,  encuentra su foco en el objeto-lengua. Esto explica por qué los chicos, en sus representaciones, asocian el aprendizaje de su lengua materna con la noción de normativa. Podemos observar en el corpus presentado por la autora cómo ellos ligan ese aprendizaje de lengua materna con la cuestión de lo correcto ( “expresarse mejor”, “correctamente”, “mejorar el vocabulario”).

En cambio, cuando esos niños estudian una segunda lengua, al no poseer dominio del  instrumento de comunicación, tienden, al principio, a focalizar más en el aspecto fonológico puesto que tienen una mayor necesidad de “ entenderse”.

Esto último da lugar a un marcado protagonismo de la oralidad, ya que en las representaciones de los alumnos que estudian una segunda lengua, la gramática sirve para "expresarse y entender a los que nos hablan".

De lo anterior, podemos señalar otro aspecto que funcionaría como conclusión: cuando el alumno estudia su lengua materna, reflexiona sobre el objeto-lengua y esta actividad suele ser muy poco interesante para ellos porque, en sus representaciones,  saben que independientemente o no de estudiar aspectos normativos (qué es correcto y qué no),  pueden comunicarse igual. En cambio, la tarea de estudiar la gramática de una segunda lengua sería más significativa porque los hablantes saben que tienen que entender al otro y hacerse entender.

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