martes, 25 de marzo de 2014

DISCURSO


De qué hablamos cuando hablamos de discurso.

Ya en otra oportunidad hemos señalado que entendíamos por discurso un “acto y el producto de una enunciación particular y concreta” (1).

Con esto queremos decir que un discurso es, entonces, una práctica social que supone un uso lingüístico contextualizado según parámetros tales como ser cognoscitivos y socioculturales (aquí se incluyen la situación, el propósito del enunciador, las características del enunciatario, etc.).

Por esta razón, cuando hablamos de discurso – y por ese carácter eminentemente social- se convierte en un objeto teórico complejo y heterogéneo cuyo estudio incluye los diversos modos de organización, distintos niveles para ser construidos, las diferentes modalidades (oral, escrita e icónica).

En tanto, en cualquier proceso de comunicación el emisor y el receptor no solamente decodifican un mensaje sino que lo interpretan según su ideología, visión de mundo, intenciones en cada situación, estrategias, fines, etc. Es precisamente en el uso discursivo donde todas las estructuras sociales, sus tensiones, las identidades de las personas, etc. quedan al descubierto.

De esta manera, todos los ámbitos de la vida social se apropian de la palabra y hacen posibles los distintos  géneros discursivos (2)

 

 

 

1)      Ver post “texto y discurso”

2)      Tipos estables de enunciados que tienen una estructura, un estilo y un tema particular (Bajtín)

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