Sabemos que el lenguaje es mucho
más que un código y podríamos decir, sin exagerar, que nada existe fuera de él.
Es por esta razón, que dada su
dimensión, ha sido objeto de estudio de innumerables disciplinas como ser la antropología
lingüística, la etnometodología, el análisis de la conversación, la
psicolingüística, la pragmática, la lingüística funcional, la teoría de la
enunciación, entre otras.
Sin embargo, ¿cuál es el germen
del presupuesto teórico que entiende al lenguaje como creador de realidades?
En su libro titulado “Ontología
del Lenguaje”, Rafael Echeverría(1) entiende que el estudio del lenguaje es la
clave para comprender al ser humano, teniendo a este último como el foco de su investigación
en tanto ser lingüístico.
De esta manera, como el ser
humano siempre se relaciona con una acción (él diría que “actuamos según lo que
somos y somos como actuamos”), el lenguaje pone en relación al orador con una
determinada acción, tal como ocurre, por ejemplo al realizar una declaración o
una promesa, en que el acto de decir conlleva también el de hacer algo.
En este punto cabe hacer alusión
a los juicios. Cuando juzgamos, ¿en qué sentido estamos creando una realidad?
La creamos en la medida en que la caracterización que hagamos, ya sea de una
persona, un estado de situación, etc. la realizamos desde nosotros mismos,
desde un punto de vista determinado creando sí una realidad, pero la nuestra.
En nuestra vida cotidiana por
ejemplo, en torno a un hecho fortuito, podemos construir ya sea un problema o
una oportunidad, según cómo lo interpretemos y la interpretación no es otra
cosa que un modo de utilizar el lenguaje.
Esto es, si lo utilizamos para
hacer una recriminación, estamos creando un tipo de realidad en la que
pareciera no dejarse lugar para ningún cambio. Distinto del reclamo, por
ejemplo, en que se da un espacio para la posibilidad de coordinar acciones
conjuntas y buscar una salida resolutiva.
En síntesis, desde esta
perspectiva, el ser humano ES en tanto en cómo elige usar el lenguaje. Y de ese
uso dependerá qué realidades creará para
él.
1) Echeverría,
Rafael. (2011), La Ontología del
Lenguaje. Granica. Buenos Aires
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