Cuando reviso programas de mi materia, Prácticas del
Lenguaje, observo que se proponen todavía diversos temas ya sea por tradición, porque es
fácil de enseñar o vaya a saber por qué.
Lo cierto es que lo que me parece más preocupante hoy en día
en nuestra enseñanza es que se incluyen muchos contenidos en un currículum sin
un criterio fundamentado y hasta a veces, sin reflexionar sobre de qué teoría
proviene y cómo ese contenido se resignifica en las prácticas de clase de secundario.
Hoy es el caso del llamado “circuito de la comunicación”.
Según el modelo del código,
la comunicación se lleva a cabo a partir de la codificación y la decodificación
de un mensaje. De esta manera, el emisor codifica un mensaje en una señal
(gracias a la existencia de un código) y esta será decodificada por el
receptor. Se considera que la comunicación es exitosa si todos los recursos están
en orden y los códigos (del emisor y el receptor) son idénticos.
Veamos un diálogo
como:
(Emisor)-Te
pido que levantes el saco del piso.
(Receptor)
-Ahora mismo (y lo levanta)
Aquí, el emisor piensa en dar una orden al receptor y para
ello codifica eso que piensa en una señal (una representación fonética) para
que su receptor interprete su mensaje. El receptor lo hace aparentemente de
manera eficaz. Como se puede ver en el intercambio anterior, entre la representación
fonética de /te pido que levantes el saco del piso/ y la de /ahora mismo/ hay
una relación semántica.
Sin embargo, veamos este intercambio:
-
(Emisor)- ¿Vas a jugar a la pelota?
-
(Receptor)- Me duele la pierna
-
(Emisor) – Bueno, nos vemos la próxima
En este caso, ¿podemos decir que el receptor decodificó el
mensaje del emisor? Está claro que no hay relación semántica entre la réplica
del emisor y la del receptor, pero la comunicación resulta tan eficaz como en
el intercambio anterior.
De esto se concluye que la comunicación no es un mero acto
de decodificación (tal como se representa en el tan difundido circuito de la comunicación)
sino más bien como un proceso de reconocimiento de inferencias. En este caso, el emisor infiere de /me duele la pierna/ que el otro no jugará el partido.
Inferir, en tanto, es extraer el significado implícito de una determinada
emisión, en otras palabras, aquello que no se haya dicho de manera explícita.
Esto significa que no basta con conocer el significado lingüístico
de las emisiones sino las intenciones
que los hablantes tienen cuando dicen los que dicen. Para ello, los hablantes
deben compartir mucho más que un código para codificar y decodificar mensajes,
más bien necesitan compartir un constructo psicológico, tener una visión de
mundo en común que les otorgue las mismas habilidades inferenciales.
De esta manera, ¿tiene sentido que un alumno describa quién
es el emisor o el receptor de un mensaje o qué código utiliza el primero para
decodificar?
La enseñanza del circuito de la comunicación solamente se
justifica si se repara inmediatamente en que esta manera de entender el acto
comunicativo es insuficiente. Hay que ofrecer a los alumnos ejemplos en los que
quede claro que la mera decodificación no alcanza. Ayudarlos a dar cuenta de
inferencias en chistes o historietas e incluso, por supuesto, en la literatura.
Hacerles reflexionar sobre el motivo que tienen, por ejemplo, los
interlocutores al elegir decir /me duele la pierna/ en lugar de haber dicho /no
puedo ir a jugar hoy/.
Y ya que nuestra materia se denomina en la actualidad Prácticas del Lenguaje, es hora de ser
coherente con ello y empezar a concebir y enseñar la lengua precisamente
viéndola funcionar, es decir, como una práctica
real y concreta y no como un objeto que se agota en una mera descripción de
sus partes.
1 comentario:
Para poder emitir o recibir comprensivamente un mensaje no alcanza con codificar o descodificar, según sea el caso, su significado explícito o literal, lo que se dice, sino que también se requiere tener en cuenta lo que no se dice pero puede ser deducido, aquello que el emisor quiere decir o lo que el destinatario quiere entender. De esta manera, el término “competencia comunicativa” hace referencia a la capacidad para identificar como receptor o utilizar como emisor las convenciones socioculturales y psicológicas que determinan el uso de la lengua en un contexto espacio-temporal determinado.
Coincido con la forma de abordar el proceso comunicacional desde la práctica real y concreta y a partir de esta poder llegar a las múltiples descripciones.
Excelente artículo, siempre es un placer para mi, porque sigo aprendiendo, leerte.
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